El pasado 6 de enero, Cazorla volvió a vibrar con una gran tarde de baloncesto.
El baloncesto de Cazorla estaba en deuda con Ángel Marín, y el pasado 6 de enero se intentó compensar esa deuda con un reconocimiento a la altura de las grandes ligas. Un amistoso entre el C.B. Cazorla y el Asefa Estudiantes Juvenil, (el resultado fue lo de menos), marcó el punto de encuentro de un reconocimiento a la figura de Ángel Marín, ya que como jugador, entrenador, presidente y otras muchas funciones ha llegado a copar al baloncesto de Cazorla y la comarca a cotas inimaginables, llegando a aupar a la categoría de E.B.A. a una población de poco más de 8.200 habitantes.
En este reconocimiento, lleno de luz, sonido y una emotiva proyección de la historia del C.B. Cazorla y de la andadura de Ángel Marín, se destacó y agradeció también, la valiosísima aportación, esfuerzo y trabajo de los integrantes, presidentes, directivos, jugadores y el inestimable apoyo de la afición los cuales hicieron que la grandeza del baloncesto en Cazorla sea una realidad.
El baloncesto de Cazorla estaba en deuda con Ángel Marín, y el pasado 6 de enero se intentó compensar esa deuda con un reconocimiento a la altura de las grandes ligas. Un amistoso entre el C.B. Cazorla y el Asefa Estudiantes Juvenil, (el resultado fue lo de menos), marcó el punto de encuentro de un reconocimiento a la figura de Ángel Marín, ya que como jugador, entrenador, presidente y otras muchas funciones ha llegado a copar al baloncesto de Cazorla y la comarca a cotas inimaginables, llegando a aupar a la categoría de E.B.A. a una población de poco más de 8.200 habitantes.
En este reconocimiento, lleno de luz, sonido y una emotiva proyección de la historia del C.B. Cazorla y de la andadura de Ángel Marín, se destacó y agradeció también, la valiosísima aportación, esfuerzo y trabajo de los integrantes, presidentes, directivos, jugadores y el inestimable apoyo de la afición los cuales hicieron que la grandeza del baloncesto en Cazorla sea una realidad.